jueves, 22 de octubre de 2009

Das weisse Band (La cinta blanca) de Haneke


"Pueblo chico infierno grande", esta es una frase que me viene a la mente cuando pienso en "La cinta blanca" del director austríaco Michael Haneke. El subtítulo: "Una historia de niños alemana" nos da la pauta para poder contar la historia como un cuento. Érase una vez un pueblo alemán, en las vísperas de la segunda guerra mundial, dominado por una férrea moral religiosa y una jerarquía social fija. En este pueblo vivía un barón, un médico, un pastor evangélico, un administrador, un maestro, un labrador (campesino) y una partera. Todos ellos, aparte del maestro, tiene una familia (pareja y/o hijos). Un día el doctor se "accidenta", hecho que es el inicio de una serie de extraños incidentes violentos, en los cuales los niños del pueblo tienen algo que ver.

Desde el principio el narrador, el maestro del pueblo, nos indica que los hechos que sucederán sirven para entender lo que vendrá después. Pero no nos dice con exactitud qué es lo que vendrá después. Sabemos que Haneke ha dedicado la mayoría de sus películas al análisis de la violencia, y esta película no es la excepción. Sería demasiado miope decir que lo que nos anuncia el maestro se refiere solamente a la primera o a la segunda guerra mundial. El hecho de que el narrador no nos lo diga explícitamente nos da la pauta para aplicarlo a cualquier tipo explosión de violencia causado por una educación o ambiente extremadamente represivo.

La figura más interesante de la película es la del pastor protestante. Un personaje que es en su familia a la vez padre y tirano. Margrit Frölich realaciona esta ambivalencia con dos temas interesantes:
  1. uno, la teoría de los dos reinos de Lutero, el reino de la tierra y el de los cielos, que según los teólogos de principios y mediados del siglo pasado permitía el uso de la violencia y la represión en el reino terrenal. Así que tanto los maestros, como los padres utilizaban sin cargo de conciencia el fragmento de la biblia que dice: "El que mezquina la vara odia a su hijo, el que lo ama se esmera por corregirlo." (Conste que este tipo justificación de la violencia no es exclusiva de la teología protestante, ni siquiera de la cristiana). Muy interesante me parece que la novia del maestro le dice, refiriéndose al crimen de maltrato contra el hijo del barón: "¿quién puede ser capaz de pegarle a un niño?" Que también se aplica a todos los padres de la película.
    Aquí un fragmento que muestra este actual ambivalente del padre.

  2. segundo, la teoría de Michel Foucault del poder pastoral. Es el tipo de poder que ejerce el "pastor" sobre sus "ovejas" (siguiendo la metáfora de la biblia), bajo el cual no solo las ovejas les "deben" una obediencia ciega al pastor, sino que él puede controlarlas hasta en el nivel subjetivo o sea la psique o el alma. Este tipo de control se observa, por ejemplo en la confesión. Para los que como yo no pasaron de filosofía más que "Trocitos I", como decimos en Guatemala, aquí un video (en modo trocitos Ia) que explica un poco esta teoría

    Y aquí un fragmento de una confesión.
    En este fragmento encontramos un poco de ambas teorías.


Salimos de estas dos teorías para terminar con un tema un poco menos filosófico.El de la clase dominante intocable. Como vimos, en este pueblo tenemos gente que se define, no por el nombre, sino por su posición, de los cuales la mayoría, hombres, tienen una posición de poder. Las faltas de estos sujetos poderosos, el maltrato emocional, físico y sexual, no son ni pueden ser castigados, porque son precisamente ellos los que fijan las reglas morales. Por lo tanto los dominados se vengan o se desahogan (no sabemos exactamente) con los más débiles de la sociedad: las mujeres, los niños, los pobres, los minusválidos. Por eso la pregunta del maestro a una de las niñas se queda sin contestar: "qué hicieron ellos para merecer ese castigo". No, no es castigo, sino una consecuencia de este estado represivo que aprieta tanto el alma que termina por explotar.

Lo triste de esto es que esta película no respresenta solo el pasado sino el deseo de muchos fanáticos religiosos y otras personas para que se mantenga o vuelva a darse este tipo de educación (léase propuestas de implementar una educación cívico militar). Hay muchas personas que hablan de la pérdida de valores refiriéndose a la obediencia y las jerarquías, y yo digo, sería bueno que estuviéramos yendo hacia la libertad y el respeto, pero, por aún nos falta camino por andar.

Ah, por supuesto, se me olvidaba. La fotografía es genial, las actuaciones también y la historia abierta, como debe ser. Se merece todos los premios que le han dado.

Para terminar, citaré una frase que dijo Haneke cuando le preguntaron cuál era el mensaje de la película:
"Ninguno. Yo estoy de acuerdo con Sam Fuller. Él dijo alguna vez: el día que quiera enviar un mensaje, voy a ir al correo".

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